16 de agosto de 2006

Cuidado con el verano...

Publicado por el diario de noticias el 16 de agosto de 2006
Bilbao . Expertos advierten de que el aumento de la infidelidad y las discusiones pueriles ponen en riesgo a la pareja durante el verano, periodo en el que aumentan las consultas sobre posibles rupturas. Por ello, recomiendan evitar los malentendidos y las posibles tentaciones y fomentar el diálogo permanente entre la pareja.
El psiquiatra psicoanalista familiar de Avances Médicos S.A. (AMSA), Florencio Moneo, destacó que las parejas entran en "riesgo" con la llegada del verano y que, más allá de ser una percepción, existe una base empírica, como es "el aumento de consultas por este motivo en los gabinetes psicológicos".
El experto señala que esta situación obedece a un aumento de la interacción de la pareja "al deshacerse de la rutina diaria y al incremento de las tentaciones debido a cierta relajación social".
El psiquiatra afirma que el desarrollo de la vida profesional y el cuidado que se dedica a los hijos y al hogar "mediatizan la calidad de la vida en pareja". A ello se une, además, que una vez superada la fase de enamoramiento profundo, "que en ocasiones dura hasta cinco años, uno descubre que la persona con la que convive no es el ideal que se había imaginado sino algo diferente, con sus virtudes y sus defectos".
"Asumir esta realidad, es decir, asumir las diferencias que separan a cada uno es, sin duda alguna, un reto crucial para la progresión de la pareja. Sin embargo, esto no siempre ocurre y está descrito, desde el punto de vista de la psicología, que a partir de los cinco años de relación en común, el riesgo de que la pareja se deshaga es mucho mayor", advierte. En su opinión, los conflictos "estallan" cuando no se dialoga de estos problemas porque "los lazos de comunicación están rotos o atrofiados".
Por otra parte, el experto advierte de que hay factores que hacen aumentar las "tentaciones hacia una posible infidelidad", lo que deriva en un incremento de la tasa de separaciones durante el verano. Entre esos factores, se encuentra la reducción de la vigilancia social, con una sociedad "tolerante" con la sexualidad, o la relajación de las costumbres de manera que no se percibe "tan claramente la destructividad que llega a alcanzar una aventura" o el tipo de vida que se practica en verano.
El psiquiatra añade que para evitar situaciones de riesgo de ruptura, la pareja debe ser consciente, de antemano, de que pueden surgir discusiones por temas sin importancia, con objeto de tenerlo en cuenta para identificar las posibles causas y "minorizar el problema".
No obstante, indica que, a pesar de ello, a veces la "discusión estalla" y que ayuda que una de las dos personas implicadas "eluda la disputa". "Si no hay respuesta a las quejas del otro se evita la retroalimentación del conflicto, algo necesario puesto que el paso del tiempo demostrará que la discusión era pueril", asegura.
Moneo añade, por otra parte, que el verano es una "oportunidad única" para propiciar el desarrollo de la propia pareja y que se debe tener en cuenta que la vida en común no se reduce al cuidado de los hijos.
mostrar el cariño En su opinión, es imprescindible que la pareja se dé "un tiempo en común", que acrecente las muestras de cariño hacia el otro, buscar puntos de encuentro, mostrarse más amables y cariñosos, tanto en los diálogos como en los contactos y caricias corporales".
Todo pasa, a juicio del experto, "por aceptar la diferencia del otro y asumir que esa es una ley de vida, que no hay dos personas iguales. Para ello, ayuda el ejercicio de los afectos, la demostración visible de que quieres a una persona más allá de que sea la ideal o no".
Otro de sus consejos es el incremento de la actividad sexual durante el periodo estival, ya que se refuerzan los vínculos entre la pareja, "les convierte en cómplices y reduce de manera drástica las tensiones".
Asimismo, insiste en evitar las tentaciones, "ligadas muchas veces a la relajación de las costumbres sociales en el verano", y advierte de que las infidelidades "no merecen la pena", ya que "son mucho más destructivas que placenteras".

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