21 de agosto de 2006

La mentira, como forma de comunicación..

Es por todos sabido el uso de no decir la verdad en la comunicación entre personas, suele escucharse en todos los ámbitos, político, religioso, social, militar, etc. Por lo tanto, los miembros de la familia, no escapan de esta costumbre.
Cuando se produce la separación de una pareja, la mentira está al orden del día en muchos de los casos; cuando se perdió la confianza, la sinceridad..si aparece la furia, sed de venganza, no hay duda que se emplearán todas las “herramientas” disponibles para hacer daño al otro.
En el caso de los hijos, al verse en medio de la lucha, suelen hacer uso de ella para evitar comprometerse a favor de uno u otro, también para hacer creer que ellos están bien ya que piensan que con ello pueden atemperar los ánimos, e inclusive evitar la separación de sus progenitores.
Es importante trabajar sobre este tema, ya que la mentira al final uno termina creyéndosela, y muchas de las futuras acciones las hacemos en base a algo que nos hemos “inventado” y de tanto machacar, terminamos pensando que es la realidad. Cuando se descubre lo incierto del dicho, se genera más desconfianza y en una situación delicada como son las separaciones, es como querer apagar el fuego con gasolina....corroe y corrompe la relación entre los progenitores e hijos, a veces se utiliza para hallar una solución inmediata, salir del paso, compensar desilusiones y sentimientos de frustración, sin maldad, pero sin pensar en las consecuencias graves que esta acción tendrá luego.
En una separación, que siempre es traumática para los hijos, estos pueden mentir como mecanismo de defensa, evitan la realidad que les genera sufrimiento, usan la mentira como un muro entre lo de “afuera” que les perjudica y su YO. Si la situación persiste y no reciben ayuda, pueden seguir usando este método para paliar no poder curarse de manera definitiva, sus trastornos afectivos. La mentira puede volverse patológica, con ausencia de conciencia moral, con trastorno de la personalidad, etc. Será complicado para un mentiroso poder integrarse, ya que provocará la desconfianza y el rechazo social. La separación de los progenitores puede ser un factor determinante para que el hijo quede aferrado en una etapa negativa, para su posterior desarrollo afectivo.

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