21 de agosto de 2006

Que puede suceder cuando un solo progenitor vive con el hijo..

En muchas separaciones de los padres ó madres de sus hijos, por causa de la ruptura de la pareja, trae como consecuencia el alejamiento emocional de los mismos, del progenitor no conviviente. Este puede ser un fenómeno natural, debido a la falta de “roce” que el día a día produce, el progenitor que no vive con ellos, indudablemente no les puede despertar por la mañana, desayunar juntos, llevarlos al colegio, escuchar sus inquietudes, contarles cuentos, etc, lo cual tiene un coste emocional que hay que pagar...
Los regímenes de visita que usualmente da el juzgado de familia, son de por sí limitantes para un normal desarrollo de la relación con el hijo. No se cambia cantidad por calidad, como suelen hacer creer, se disminuye la cantidad de horas y la calidad de convivencia durante las mismas, ya que al ser poco tiempo, se hacen artificialmente “espectaculares” con idas al cine, compra de regalos, bocatas y cualquier actitud que evite problemas ó disgustos por parte de progenitor e hijo, de manera que sea posible otro”feliz” encuentro dentro de los 15 días que marcó la sentencia en el convenio regulador.
A medida que transcurre el tiempo puede pasar que, inconsciente ó concientemente, el progenitor que tiene la custodia va estableciendo una relación privilegiada con el hijo, que le permite ser más imprescindible. También puede limitar la vida social de los hijos, haciendo que las visitas de los mismos a la familia del progenitor que no convive sea escasa, al igual que a casas de amigos que tienen relación con la ex–pareja. Las comunicaciones telefónicas ó por Internet, se van espaciando...En la casa que antes era común, ya no hay fotos del progenitor ausente, ni de su familia, las “huellas” que este puede haber dejado van siendo borradas sistemáticamente..los hijos comienzan a ver la vida por una sola ventana, la que les abre el progenitor custodio, con lo cual se manipula la realidad...ya que las cosas se ven, dependiendo del cristal con que se miren...no hay posibilidad de contrastar información, ni puntos de vista diferentes, sea opinión personal, enfoques de historia familiar, de género, etc., esto lleva a una forma de pensar en los niños ó adolescentes, que parece independiente, pero está marcada por los pensamientos del progenitor custodio, lo cual en cierta medida invalida la percepción que este tiene, de lo que acontece en sus relaciones afectivas con el que no convive. En esta situación, cuando se produce el encuentro con el padre ó madre que no vive con ellos, aparecen situaciones conflictivas, que en otra situación serían intrascendentes, pero que en esta toman un cariz desmedido y además, son aprovechadas por el progenitor custodio para remarcar “lo que ya te había dicho”..”.tienes que tener cuidado”...”se está olvidando de ti”, etc. Etc.
El resultado es difícil de calcular, pero teniendo en cuenta que se pierden años de buena convivencia, en edades de formación, el futuro es impredecible...inclusive cuando los hijos, ya mayores, se den cuenta como han sido manipulados, será tarde porque los sentimientos positivos que se “fabrican” en la adolescencia, no se pueden repetir con 25 ó 30 años, ya que son etapas de la vida totalmente diferentes.Si te sientes identificado en el relato, trata de encontrar pronto la solución....

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