Cuando una pareja decide separarse, se producen muchos trastornos, uno de ellos es el económico, se calcula que cada uno de los miembros por separado, debe ganar un 35 % más para poder mantener un nivel de vida parecido a cuando los dos aportaban dinero.
Esto implica que los hijos también sufrirán una merma de su estandar económico, algo que puede traer contratiempos, aunque sean pasajeros, no poder jugar a baloncesto, no ir a la picina ó gimnasio pagos, menos gasto en vestimenta, restricción en las vacaciones...no hay duda que no es el tema más importante, ya que el dinero va y viene...las secuelas psicológicas son las que tardan más en desaparecer. Si a los hijos les explicamos la situación, con claridad y sin estar echando culpas al otro progenitor, será más sencillo que lo entienda y se adecue sin problemas mayores.
En caso de que los ingresos no sean los necesarios para cubrir gastos, es bueno anotarse en el INEM, (para mejora de empleo), las ETT, los servicios de empleo de ayuntamientos, servicio Social de Base, fundaciones como Gaztelan, etc...y tener suerte.
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